miércoles, 22 de marzo de 2017

CONCHA CARRETERO SANZ (01-01-2014)

"Estaba inconsciente por una paliza la noche que fusilaron en la tapia del cementerio de la Almudena (Madrid) a 13 de sus compañeras de celda que pasarían a la historia como las Trece Rosas. A ella, Concha Carretero, la habían llevado a esa misma tapia pocas horas antes, el 4 de agosto de 1939. La habían obligado a desnudarse y a colocarse de espaldas frente a una columna de hombres armados que se divirtieron un rato simulando que iban a fusilarla. Finalmente, la llevaron de nuevo a la abarrotada prisión de Ventas, donde 4.000 reclusas compartían un espacio para 400, y la apalearon. Cuando despertó le comunicaron la muerte de sus 13 amigas, ejecutadas por el bando franquista por “adhesión a la rebelión”. Carretero, militante como ellas de las Juventudes Socialistas Unificadas, logró salir viva de aquella cárcel en la que estuvo encerrada cuatro años, pero nunca las olvidó. Falleció el pasado 1 de enero, a los 95 años de edad.
Concha nació en Barcelona en el año 1918, pero se mudó con su familia a Madrid a los dos años. Siempre fue fiel a los homenajes anuales a las Trece Rosas en la tapia del cementerio madrileño. El último al que acudió fue el del pasado 5 de agosto. La veterana antifranquista solía intervenir y concluía su discurso al grito de “¡Por la tercera república!”, con el puño en alto. “He visto de todo en mi larga vida, mayoritariamente, injusticias”, declaró en uno de esos actos, en los que cada año echaba de menos a algún nuevo “camarada”.
Un baile al que se escapó cuando tenía 14 años marcó su vida para siempre. Allí conoció al que iba a ser su marido y la causa a la que iba a entregarse, por un precio muy alto, hasta el último día de su existencia. Todos sus hermanos cayeron presos. Su padre, anarquista, murió joven. Y cuando salió de la cárcel, Concha Carretero descubrió, con horror, que su madre había estado durmiendo frente a los soportales de la prisión.
Recordar aquel amago de fusilamiento y las penurias del tiempo en prisión no era plato de buen gusto para ella, pero Carretero estaba determinada a que su “lucha” no se olvidara, a que el nombre de sus amigas asesinadas, las Trece Rosas, no se borrara de la historia, como tampoco el de los 43 hombres que fueron fusilados ese mismo día. “Mis 43 claveles”, les decía. Por eso acudía frecuentemente a contar su vida en institutos a chavales de la ESO, y por eso se reunió también con el director de La voz dormida, Benito Zambrano, y el reparto de la película, a los que ayudó a entender cómo pasaban los días en un penal franquista."

Natalia Junquera (El País 12-01-14)


TRIFÓN CAÑAMARES GARCÍA (11-03-2015)


Natural de Cendejas de En medio (Guadalajara), era vecino del barrio madrileño de El Pozo del Tío Raimundo, del que fue uno de sus mayores defensores, junto al padre Llanos, con quien compartió lucha y militancia.

En 2011, Trifón recibió el merecido homenaje de sus vecinos y compañeros de lucha, al cumplir los 100 años. “Os deseo que me paséis en años y en salud, pero con las ideas claras”, fueron las palabras que este guadalajareño, puño en alto, quiso dedicar a los asistentes al acto.

Nacido en una familia de campesinos, labor que su padre compaginaba además con una carnicería, desde pequeño sufrió la injusticia, por lo que decidió hacer todo lo que estuviese en su mano para acabar con ella. Trifón se afilió al Partido Comunista en Jadraque, como muchos antifascistas de la zona, poco tiempo después de que comenzase la Guerra Civil. Muy pronto fue nombrado Comisario Delegado en la 49º Brigada Mixta del Ejército republicano, creada en Guadalajara. Condenado a pena de muerte en 1940 que fue conmutada a 30 años de cárcel, pasó por varias prisiones. El franquismo no pudo con este hombre de fuertes ideales, y durante ese periodo Trifón siguió trabajando activamente en la clandestinidad,

Ya llegada la transición se esforzó por la reconstrucción del Partido Comunista en Guadalajara. Toda una vida de lucha, con dos heridas de combate y varias condenas en cárceles y campos de concentración, no consiguieron que este guadalajareño perdiera el entusiasmo y las ganas de seguir peleando por sus ideales hasta el último día de su vida.

En 2013 el Foro por la Memoria de Guadalajara entregó una placa a Trifón en reconocimiento de toda una vida de lucha, y tambien vivió con mucha emoción un acto de homenaje al brigadista Guido Picelli, en un pueblo próximo al suyo, Mirabueno. En 2014, la agrupación provincial de UJCE de Guadalajara, pasó a denominarse “Agrupación Trifón Cañamares”:


Trifón Cañamares Garcia nació el 3 de julio de 1911.  Afiliado 79 años de sus 103 al Partido Comunista. Falleció el 11 de marzo de 2015.


TRIFÓN CAÑAMARES, HOMENAJE from TMEX on Vimeo.

lunes, 27 de febrero de 2017

FERNANDO MACARRO CASTILLO (24-11-2016)

Marcos Ana (MyL 2010)

Nacido en Alconada (Salamanca) el 20 de enero de 1920, participó en la Guerra Civil española, combatiendo a favor de la República, y militó en el Partido Comunista. En 1939 fue detenido por el bando franquista y condenado a dos penas de muerte acusado de tres asesinatos por los que ya habían sido fusilados otros presos; se le conmutó la pena por una larga condena que duró 23 años y que terminó, en 1962, tras una campaña internacional por su liberación apoyada por, entre otros, Rafael Alberti y Pablo Neruda.

Pasó por varias cárceles y compartió cautiverio con escritores como Antonio Buero Vallejo o periodistas como Javier Bueno. En prisión se aficionó a la lectura de clásicos españoles, como Quevedo o Lope de Vega, y también de algunos contemporáneos represaliados y prohibidos por la dictadura, entre otros Federico García Lorca, Miguel Hernández o el propio Alberti.

Escribió su primer poema con 33 años, y adoptó como seudónimo los nombres de sus padres, Marcos y Ana. En 1960 vio la luz su primer libro, Poemas desde la cárcel, que un grupo de amigos mandó a imprimir en Brasil. Otras obras suyas fueron España a tres voces (Buenos Aires, 1961, en colaboración con Luis Alberto Quesada y Jesús López Pacheco), Las soledades del muro (1977), Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida (2007), Poemas de la prisión y la vida (2011) y Vale la pena luchar (2013). 

Marcos Ana en el II Homenaje a las víctimas del franquismo en Madrid (2008)

Carta de Marcos Ana a los familiares de las víctimas del franquismo en Madrid




Marcos Ana participó el 20 de junio de 2010 en la lectura de los nombres de miles de personas fusiladas en el Cementerio del Este de Madrid por el franquismo. Sus palabras pusieron el mejor colofón al  interminable listado.


lunes, 20 de febrero de 2017

ROSARIO SÁNCHEZ MORA (17- 04-2008)


Rosario Sánchez Mora, nace en Villarejo de Salvanés el 21 de Abril de 1919, huérfana de madre, con dieciséis años acude a Madrid junto a los vecinos que se habían encargado de cuidarla. A su llegada a Madrid se hizo militante comunista y trabajaba como aprendiz de corte y confección en un Círculo Cultural de las Juventudes Socialistas Unificadas en Madrid. Al año de estar allí, se produce el golpe de estado y ella se incorpora a las Milicias Obreras del Quinto Regimiento; es enviada al frente para combatir contra las tropas del  general Mola. Ella tiene por entonces diecisiete años. 
Combatirá en primera línea teniendo como arma un mosquetón de siete kilos y las pocas nociones militares que le pudieron impartir desde las trincheras.
Una vez estabilizado el frente con las tropas rebeldes es destinada a la sección de dinamiteros, pero poco después sufre un accidente con un cartucho de dinamita y acaba perdiendo la mano derecha. Tras su salida del hospital, se reincorporó a la división, como encargada de la centralita del Estado Mayor Republicano en la Ciudad Lineal de Madrid. Fue allí donde Rosario conoció a Miguel HernándezVicente Aleixandre y Antonio Aparicio, poetas al servicio de la causa republicana. Rosario se hace más conocida por el poema donde la inmortaliza Miguel Hernández.


 Entre balas y muertos tuvo tiempo de vivir un breve amor, que se desarrolló principalmente mediante cartas. El 12 de septiembre de 1937, contrajo matrimonio civil con Francisco Burcet Lucini, sargento de la Sección de Muleros, y en su pequeña luna de miel quedó embarazada; despidiéndose poco después porque su reciente marido era enviado al frente de Teruel. 
Tras la batalla del Ebro dejó de recibir cartas de su marido Paco. 
Rosario, intentó escapar por Alicante con su padre, dejando a su hija con la segunda mujer de éste. Allí fueron capturados, con otros 15.000 republicanos que esperaban exiliarse a bordo de barcos de la Sociedad de Naciones que nunca llegaron a puerto. Fueron conducidos al campo de los Almendros, donde fusilaron a Andrés Sánchez. Rosario fue liberada y trasladada semanas después a Madrid, donde fue detenida de nuevo por vecinos falangistas de su pueblo, que la encarcelaron en la prisión de Villarejo y después en la de Getafe, mientras se le incoaba un procedimiento sumarísimo de urgencia. La petición fiscal de muerte fue conmutada por 30 años de reclusión por un delito de adhesión a la rebelión.
Fue trasladada a la prisión de Ventas y siguió un periplo carcelario por las prisiones de Durango, Orúe y, finalmente, Saturrarán. El 28 de marzo de 1942, tras sufrir tres años de encierro y todo tipo de calamidades, fue puesta en libertad gracias a los beneficios penitenciarios que el régimen franquista se veía obligado a decretar periódicamente para aliviar sus prisiones. Precisamente ese mismo día en que fue liberada moría Miguel Hernández en la prisión de Alicante.
Fue condenada a permanecer desterrada a más de 200 kilómetros de su pueblo y se instaló en El Bierzo, con una compañera de prisión ya liberada, pero la necesidad de ver a su hija la hizo regresar a Madrid pese a la prohibición de hacerlo. Su hija estaba al cuidado de su suegra y desde allí comenzaron la búsqueda de su marido, sin noticias desde el fin de la guerra. Por informaciones de familiares supo que su marido había rehecho su vida en Oviedo una vez que el régimen franquista anuló todos los matrimonios civiles de la República. Rosario volvió a casarse y tuvo otra hija, pero se separó al cabo de dos años. Para ganarse la vida comenzó a vender tabaco americano de contrabando en la plaza de Cibeles. Posteriormente montó un estanco en Madrid, en la calle Peña Prieta del barrio de Vallecas.






Rosario Sánchez Mora, Rosario "Dinamitera" y el Campesino llegan al
 hospital tras la explosión de la granada que la dejó manca.




domingo, 19 de febrero de 2017

GERMÁN ALONSO PÉREZ (17-11-2012)


Germán Alonso Pérez, más conocido como Germán el Rojo, nació en Madrid el año 1922. Seis años más tarde, en octubre de 1928, inició sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, donde ya lo hacían sus hermanos Palmira y Renán. Por aquella época vivía la familia en el número 26 de la calle Eloy Gonzalo, a excepción de su padre Germán Alonso Galán, quien se encontraba recluido en la cárcel Modelo como consecuencia de su actividad antimonárquica y republicana. Como señala el propio Germán: “En enero, encargados por mi padre, desde la Cárcel Modelo, nos trajeron a mis hermanos y a mí, juguetes, el día seis, que nos parecieron muchos y lo pasamos bien y acordándonos de papá, ausente por Política.
.


Más tarde la familia se traslada a la calle Montera, 44, lugar donde vivía el 14 de abril de 1931, fecha en que se proclamó la II República. A bordo de un camión que sacaron los comunistas para celebrar la huida del monarca, Germán estuvo recorriendo la ciudad, una experiencia ésta que recordará toda su vida. Desde la calle Montera, a la altura del edificio de la Telefónica, se dirigieron a la Puerta del Sol, ondeando banderas y cantando canciones revolucionarias, luego enfilaron la calle Carretas, llegando a través de la calle Atocha a la plaza del mismo nombre y, desde ésta, por la Cuesta Moyano y la Puerta de Alcalá hasta desembocar en la esquina de las calles Augusto Figueroa y Hortaleza, donde se encontraba la taberna “La Internacional”, centro de reunión de los comunistas de la zona.

Al salir de clase, Germán solía irse con los Pioneros Rojos, organización infantil creada en 1932 por la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) tras el congreso de Bilbao, donde resultó elegido secretario general Trifón Medrano. Con ellos iba a manifestaciones, como las del 1º de Mayo, dondedesfilaban uniformados y cantando diversos himnos, entre los que destacaba uno propio: la Canción del Pionero. Su letra, según Germán Alonso, era:

Aunque soy pequeñito
no tengo miedo a nadie.
La muerte de mi padre
la tendré que vengar.
Somos Pioneros.
Hijos de Obreros.
La vanguardia más firme
del nuevo mundo.
Los Pioneros.
Soy Pionero.
Hijo de Obrero.
La vanguardia
más fuerte
del nuevo mundo.
Los mensajeros.
Somos Pioneros.
Hijos de Obreros.
La más firme vanguardia.
de los obreros.
¡Somos pioneros!
Vamos marchando
por el nuevo sendero
la firme marcha
de los Pioneros.
¡Somos pioneros!

Tenía 13 años cuando comenzó a frecuentar el Radio Norte de las Juventudes Comunistas y el PCE. El 17 de julio de 1936, se encontraba disfrutando de undía en el campo con su familia cuando les llegó la noticia de la sublevación militar en el norte de África.
El día 20, al conocer que los fascistas se habían hecho fuertes en el Cuartel de la Montaña, se dirigió al lugar, participando junto a civiles convertidos en “milicianos”, fuerzas de las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas) y militares leales al asalto y toma del cuartel. Serán precisamente en este lugar donde tenga su primera experiencia con la muerte, viendo caer bajo las balas a un amigo, conocido como el “Manías”.
Tras sofocar la rebelión, las MAOC de Cuatro Caminos regresaron a su barrio ocupando el convento de los Salesianos que se encontraba en la calle Francos Rodríguez y que había sido abandonado por los religiosos. En él, convertido en cuartel, se organizan las primeras unidades milicianas que se dirigen a la sierra para detener el avance de las tropas sublevadas, constituyendo el 5º Regimiento de Milicias Populares.
Por su parte, Germán se dirigió a la sede del PCE, para ponerse a disposición del partido. Como otros muchos jóvenes intentó enrolarse en el 5º Regimiento, falseando la edad, dado que no les estaba permitido hacerlo a los menores de 16 años. Tras mucho insistir, consiguió que le dejaran participar en retaguardia.Tal hecho, los intentos de menores por participar activamente en la defensa de la República, resultó bastante común. Un hecho similar recoge DomingoMalagón, “el falsificador del PCE”, en sus memorias, al narrar la marcha protagonizada por un grupo de alumnos del asilo de La Paloma, desde la Dehesa de la Villa al convento de los Salesianos en Estrecho para sumarse al 5º Regimiento. Algunos eran de la edad de Germán, con poco más de trece años, recurriendo a toda clase de trucos para intentar aparentar dieciseis.
Un día fue convocado al local que el Socorro Rojo tenía en la calle Abascal, siendo evacuado a Turís, en Valencia, al ser menor. Allí estuvo varios mesessegando, cosechando y también estudiando. En 1937 se escapó, regresando a Madrid.
Al llegar a la capital se encontró que su padre, Germán Alonso Galán, trasvarios meses como comisario del 5º Regimiento, había sido nombradoconsejero del Ayuntamiento de Madrid en representación del PCE, ocupando a partir de junio de 1937 el puesto de teniente de alcalde del distrito deBuenavista y portavoz de la minoría comunista.
El 5 de marzo de 1939 fue detenido a las puertas del Comité Provincial del PCE por fuerzas del Consejo Nacional de Defensa, constituido tras el golpe de estado protagonizado por el coronel Casado contra el gobierno republicano del Doctor NegrínLes llevaron primero a la comisaría de Congreso y más tarde a la Dirección General de Seguridad, en la calle Serrano. Posteriormente, junto a Pablo Yagüe Estebarán, Consejero de Abastos de la Junta de Defensa deMadríd, y un numeroso grupo de comunistas opuestos al Consejo Nacional, fue recluido en el colegio de los Salesianos existente en la Ronda de Atocha, el cual había sido habilitado como prisiónLas noches del 8 al 9 y del 9 al 10 las pasó en el patio en formación. Se comentaba que les iban a sacar de la cárcel para fusilarles. Germán le propuso a Pablo Yagüe fugarse pero éste le convenció para no intentarlo. Al parecer, según German, desistieron de fusilarles al estar controlados los lugares previstos por tropas leales al gobiernoNegrín y no querer hacerlo en la glorieta de Atocha.
Finalmente el 11 de marzo de 1939 fue trasladado, junto a más de 300 reclusos, a la cárcel de Porlier como rehenes de la República. En tal situación se encontraban cuando las tropas de Franco ocuparon Madrid, negándose el director de Porlier a permitir la marcha de los presos comunistas allí recluidos,lo que no evitó su encarcelamientoTambién acabarían en Porlier los dirigentes republicanos Cipriano Mera y Julián Besteiro, quien optó por permanecer en Madrid y protagonizar la entrega de la capital a los fascistas.
Tras hacerse cargo los franquistas de la cárcel, Germán fue trasladado a una de las celdas que había en la zona conocida como “la Provisional”, donde se encontraban los condenados a muerte o los que lo iban a ser, así como algunos castigados. El 1 de abril se presentó voluntario para limpiar las celdas, dado que les habían prometido que si lo hacía no sería obligatorio el acudir a misa. Sin embargo no cumplieron con la palabra dada: “Nos llevaron azurragazos, porrazos, patadas e infinidad de puñetazos al patio”.

Luego fue conducido a galerías, donde coincidirá con otros miembros del PCE como Pablo Yagüe, José Luis Gallego, Ángel Poyato, Luis Nicas Amat, Manuel Escalera, MelqueDosi y muchos más, quienes se organizarán nombrando un comité de dirección.
Durante los meses que allí estuvo, Germán fue testigo de los continuosasesinatos y ejecuciones llevadas a cabo por los franquistas, evaluados por la historiadora Mirta Núñez en más de 2.600 entre 1939 y 1944. “Los garrotes viles se dieron, al menos, hasta 1943 ó 1944. El de mayor duración creo que era de dieciocho minutos, durante los cuales metían y sacaban el torniquete para al final dar la vuelta de tuerca total”, recuerda hoy Germán.

En noviembre de 1939 salió de Porlier en libertad, incorporándose pese a los peligros que ello suponía a la lucha clandestina. Su familia había sido desalojada del número 36 del Paseo de la Castellana, pasando a residir en el número 74 de la calle NarvaezAños más tarde destacará el papel jugado por el Dr. Calandre en su vida, tratándole gratuitamente una anemia contraída en la cárcel.

En 1942 el PCE decide enviarle a Asturias para su incorporación a la guerrilla.El 18 de noviembre, la noche antes de su partida, es detenido por la policía, comiéndose el billete de tren que había comprado para que no cayera en manos de la policía al ser apresado. En realidad este hecho le salvará, dado que en Asturias la mayor parte de los guerrilleros fueron muertos en combate, en las comisarías o fusilados.
Desde la comisaría de Cuatro Caminos fue llevado a la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, un edificio construido a finales del siglo XVIIIpara Casa de Correos, sufrió palizas diarias durante mes y medio para que delatase a sus compañeros de partido, pero no consiguieron quebrar su voluntad.
Encontrándose en aquel lugar, a finales de noviembre coincidió un hombre que decía haber comprado un tranvía. Al pobre hombre la policía estuvo pegándole y guaseándose. Resulta que un individuo le había "vendido" un tranvía, tras negociar con él durante varios días en el Café Comercial. Tras la “compra” tomó el tranvía, saludando al entrar al cobrador. Al reclamarle éste el precio del billete le dijo que el tranvía era suyo y que por ello no paga, encaminándose todos ellos a la DGS, donde se mofaron del timado. A pesar de encontrarse “molido” por los interrogatorios, a German, aquel hecho le hizo sonreir.

Sometido a consejo de guerra (sumario 116.378 del Tribunal Militar Territorial 1º, Madrid), fue condenado a 15 años de cárcel, evitando las 7 penas de muerte que pedía el fiscal al no contar con ninguna prueba la policía. Inicia entonces un auténtico periplo carcelario que le lleva por las de Porlier,Carabanchel, Alcalá de Henares y Burgos.
En la cárcel de Porlier continuaban las “sacas” diarias, lo que dará lugar a una canción que se extendió como un reguero de pólvora por las diferentes prisiones del país. El propio Germán nos ha dejado su letra:
Es la Pepa una "gachí".
Que de moda está en Madrid,
y que "tié" predilección por los Rojillos.
Cuando viene esa mujer,
a Torrijos o a Porlier.
Al más bravo se le arruga el solomillo.
Y, a veces, se presenta
y para divertirse.
Se lleva veinte o treinta...
Y como del "pàseo"
no suelen regresar.
Con bastante cachondeo
Asi la suelen cantar.
¡Pepa!, ¡Pepa! ¿dónde vas con tantísimo "tío"
¡Pepa!, ¡Pepa!, ¡que te vas a meter en un lio!
y si sigues de este modo
Y no quieres conmutar.
Dejarás Madrid vacío
Aranjuez y El Escorial.

Un día, la dirección de Porlier le anunció su traslado a la prisión de Duque de Sexto como ordenanza. Germán se negó “y para qué contar el alboroto que se armó y los palos y el período de celdas que me costó.

El 26 de enero de 1943 supuso una gran alegría para él, al ser puesto en libertad su padre, a la espera de ser fusilado en Porlier. “Hube de empujarle en la cancela porque no quería salir. Decía que se habían equivocado”. Todo se debía a la coincidencia en el nombre y primer apellido de padre e hijo, lo que supuso que Germán padre, a pesar del papel que había desempeñado durante la guerra, pudiera salvar la vida.

En marzo de 1944 fue trasladado a la nueva Prisión Provincial en Carabanchel, si bien ésta continuaba en obras, lo que posibilitó que el 14 de marzo se fugaran dos condenados a muerte: Jesús Bayón, quien había dirigido al PCE en el interior tras la detención de Heriberto Quiñones, y Ramón Guerreiro, confundiéndose entre los familiares que habían acudido de visita. Una vez en libertad, dado el peligro que corrían, fueron enviados a las guerrillas de la zona Centro: Bayón a Extremadura y Guerreiro a Ciudad Real. Honda impresión le causará la muerte de su amigo y camarada Luis Nicas Amat “el Coca”, ejecutado a garrote vil.

Tiempo después fue trasladado a la Prisión Central de Alcalá de Henares, junto a otros internos de Carabanchel: “Fuimos andando, esposados -mano izquierda con mano izquierda-, cargados con enseres que al final hubimos muchos de tirar. Yo iba esposado con “Pedrito”, Pedro José Alonso Martínez. En la glorieta(creo que de Embajadores), Ángel Barrios se escapó, siendo prendido por la Guardia Civil que nos vigilaba. En represalia nos golpearon a todos -en mitad de la calle-, con las culatas de los fusiles. Llegamos a la Estación de Atocha y nos montaron en el tren que nos llevó a Alcalá… y de nuevo andando al Penal. ¡Cuanto tiempo ha pasado!"

En Alcalá, donde coincidió con Cristino García y Pedro Montoliu, entre otros, estuvo trabajando como cocinero en la enfermería. Tal práctica le servirá alsalir de prisión, trabajando durante tres años como auxiliar de la cocinera,Fermina, en la pastelería Díaz de la Cebosa de Madrid. Al poco tiempo volvieron a trasladarle, primero a la estación madrileña del Norte, y desde allí ala prisión de Burgos, acompañado de Gabriel Alonso Escudero, Leandro Aroca, Cecilio Arregui y Ángel Agraz Vegajunto a varios presos más de los que no recuerda el nombre. Allí volverá a encontrarse con Miguel Núñez, Marcos Ana, Luis Alberto de Quesada y los hermanos Rodríguez Chao.

Una vez cumplidos dos tercios de su condena, salió en libertad en 1950 con motivo de la celebración del Congreso Eucarístico en Barcelona. Tras un tiempo en Madrid se marcha a Barcelona donde conoce en 1954 a Isabel, con la que se casará, siendo ésta la primera boda civil que se celebraba en la España de Franco. Tuvieron 5 hijos: Germán, Isabel, Ana María, Félix y Guillermo.

Iniciaba Germán una nueva etapa en su vida, aunque no muy diferente en cuanto a su compromiso con la libertad y la clase obrera, según tuve ocasión de comprobar el 13 de junio de 2009 en el parque El Paraíso, con motivo del homenaje dado por el Partido Comunista de Madrid a los concejales del PCE y de la JSU en el Ayuntamiento de Madrid que en marzo de 1939 se opusieron al Consejo Nacional de Defensa del coronel Casado: Germán Alonso GalánVíctor Sánchez SierraVictoria Moreno RomeroAurora Rodríguez Peral, Julia Valverde Cañas y Josefina Reviejo Pérez.

Durante veinticinco años formó parte de la Junta Directiva de la Associació Catalana  d'Expresos Polítics del Franquisme. Dimitió, dadas las dificultades con que contaba para reunirse con el resto de la Junta al residir en Altafulla.

Como señaló en su día Julia Conesa, una de las Trece Rosas, al despedirse de su familia: ¡Que mi nombre no se borre de la historia!

Homenaje a Germán Alonso Pérez  "Germán el Rojo"  Antonio Ortiz Mateos 



MARÍA DEL CARMEN BORRELL PÉREZ (30-06-2009)



A los 16 años, empezada la Guerra Civil, Maruja Borrell se unió a las JSU en el local de la calle Menéndez Pelayo, en Madrid. Sus principales actividades eran apoyar a los militantes republicanos repartiendo propaganda durante las manifestaciones, confeccionando uniformes para los milicianos que luchaban en el frente, y apoyando a las familias de los presos políticos del Ejército franquista.
Maruja recuerda el año que estuvo presa como si fuera ayer. El 11 de agosto de 1939 la fueron a buscar a su casa un par de falangistas que mostraron una placa y se la llevaron. "Me subieron a un tranvía y enseñaron la placa para no pagar el pasaje, unas mujeres que estaban allí decían 'pero si es una niña". A ella y a otras compañeras las había delatado un compañero de las JSU que había sido detenido unos días antes.
La encerraron en la prisión de Las Ventas, donde pasó más de un mes incomunicada. "Los primeros días fueron terribles, pasábamos hambre, mi madre no podía visitarme". Maruja ingresó en la prisión seis días después del fusilamiento de las Trece Rosas, un grupo de mujeres de las JSU que fue acusado de haber planeado el asesinato de un guardia civil. Los fusilamientos continuaron durante su estancia en Las Ventas. "Oíamos los disparos al amanecer y en la mañana llegaba una funcionaria y para asustarnos nos decía 'fulanita murió con el puño en alto', 'fulanita murió diciendo viva la República", recuerda.
Maruja salió 384 días después de haber ingresado en prisión. El motivo de su liberación fue la gestión que hizo su padre con un amigo falangista que cambió su expediente y así pudo salir en libertad bajo palabra. "Me quitó lo de conspiración y que iba detenida con otras compañeras, y me dejó en otro expediente en donde sólo estaba mi nombre y tenía como único delito el pertenecer a las JSU". Sus compañeras no corrieron la misma suerte, algunas murieron fusiladas, otras pasaron hasta 18 años en prisión. Maruja nunca fue juzgada, se benefició de un decreto de indulto que otorgó el general Francisco Franco cuando llevaba dos años y medio yendo a firmar cada 15 días a la comisaría de Policía.

La rosa perdida. José David Estrada El País 26-08-03)